jueves, 18 de junio de 2009

Quizá tus miedos.

Mientras la duración de tu mano quepa enervada. Lloran las tazas ya, mientras el hombre viene a traer la cuenta. Mientras se encuentran sus caminos en los pasos dados. Todo lleno de cruces y ojos tachados. Qué silencio más tierno, mi noche //

Así te toco

Cuando se transformen amapolas en pies. Dulcemente. Tengan ustedes la razón o no la tengan, pueblen entonces mi corazón. Habiten mis sueños, sean. O más allá, destruyan hasta la última pieza insurrecta de mí.

No hay luto perenne

Y entonces surgen esas uñas holgazanas, sufrientes dolientes, cariacontecidas. Si me fustigas si me invades si me logras si me instas si me chirrías si me inquietas si me lanzas si me planteas algo más cerca de lo viejo por novedad que por nuevo. Si me yergues al estigma. //

Quizá tus miedos.


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