¿no ves que todo da igual
si cuando te enfadas ya estamos muertos?
las palabras no dichas, la mierda, el amor, el asco…
¿no lo ves? ya se han marchado los días
y ahora caminas solo por la calle vitruvio
con pasos torpes sientes la nostalgia
el recuerdo pesaroso de las mañanas
felices que nunca tuviste, aquí, en esta tierra
donde las sombras son de cemento
y los ojos miran de piedra sigilosos
cuando el dinero no llega para estar alegre
acostumbrados como estamos a comprar inanidad
¿no ves que todo da igual?
que ni siquiera mi nombre me sirve de algo
a lo que atenerme
que ni mis dientes cortan si a tu carne aspiro
si en la oscuridad arbórea soy un mirlo
difunto y frío entre los abedules
J. L. Pomona.