lunes, 15 de febrero de 2010

Ella buscaba espacio y encontró las tumbas


"Se extrañaba.
Fue llamada por Zeus para limpiar las calles. Los mataba a todos.
No dejaba
uno con vida que pudiera contarlo, que pudiera
decirle a los otros Eh, cuidado con ella, que viene a por vosotros,
que tiene hambre.
Y sed, mucha sed.

Inventó una paciencia distinta de las paciencias normales
por sintetizar, en el esfuerzo, casi nunca hablaba
And then I’ll see your darkness, les decía
y decía también síes y noes y decía miradas que eran campos incesantes
de arena y niebla.
Vendió su idea, maravillosamente,
se hizo rica, compró un nicho de veinte metros cuadrados, quería espacio
pero luego
le supo a poco y compró otro nicho y otro y otro más,
y así hasta querer todo un cementerio.

Se hizo tan rica que sus ganas le hicieron hacerse más rica
y al final no le bastó la tierra y necesitó el mar.
Hizo que inventaran para ella unos ataúdes flotantes,
ataúdes que levitaban perpetuamente en el mismo sitio, violando todas las reglas de la muerte.
Ataúdes fantasmagóricos que ocuparían todo el mar incluso
en lo profundo de las dorsales.

Comenzado el proyecto, se dio cuenta de que el mar tendría un volumen,
de que su alma era grande, demasiado grande,
para caber en el mar y en la tierra juntos.

Y soñó el aire. Aspiró al aire.
Dirigió vientos y azafatas, túneles y zafarranchos, todo con tal de copar el aire,
porque quería todo el espacio
para que su alma, para que cupieran sus entrañas, su aura, su pequeño rostro
para que, vacía de facciones, se encontrara a sí misma
de una vez lejos de la encrucijada."


De Olivia Newton-John.

Corridors




Sé que en este lugar lo guardan. Lo sé y lo siento
porque cuando bajo a desayunar percibo vibraciones extrañas bajo la mesa.
No te voy a decir que el café tiemble, que se vea.
No puedo decirte que haya fantasmas o estallidos supernaturales,
aunque me gusta lo súper, lo tremendo, superman, sus patíbulos,
porque, ¿sabes?, lo que es, es.

Hay en este lugar una especie de estática de voces.
Nada de amor, violencia o muerte. Yo hablo de otra cosa.
Hablo de nieve y mermelada de pato cuando te agachas a recoger
las gotas de humo del suelo sucio.

Recorro los pasillos sin saber muy bien el qué
busco por alguna razón, creo, más nieve lenta,
un modelo capaz de aprehenderlo todo, ya que
incluso el silencio de cuando me voy a última hora
cuando ya no queda
nadie que pueda entender qué estoy haciendo Aquí,
tan demasiado tarde, no me basta y, ¿sabes?
Corridors, de Mark Duhamil.

All is wild, all is quiet (la fuga de los vinilos al mundo de otros)


"Justo ahora que bajo al desierto a recoger piedras, consigo
hacer de las piedras algo más que piedras, consigo
elevar la mirada y buscar, anhelar, pero luego, consigo
de nuevo lo que ya tenía lo que no buscaba, consigo,
decía, ésa última piedra, la clave, que sujeta el arco.

Justo ahora que me marcho y no volveré, entiendo
que me marcho para no volver porque, entiendo,
porque saber es una escarcha de plomo, indefectible.

Justo ahora que me besan y dejo de ser yo, espero
que nadie se muera que permanezcan para siempre vivos, lo espero,
de veras, lo espero, para siempre vivos, en un recuerdo agrio
de algo que nunca tuve, y que me impulsó, espero,
a marcharme lejos de casi todos los sitios. Casi siempre."




J.L. Pomona