jueves, 14 de agosto de 2008

Historia de lo cotidiano, IX: La congruencia de H.

"H. está mirando por la ventana y pasa una bandada de pájaros perennifolios.
H. se sienta en una silla.
H. piensa en los días de su vida como una ristra de ajos descascarillados.
H. sabe que es muda sin serlo
y está ilusionada con el color de lo alto,
que es bello generalmente.

H. no tiene nombre, vive de comer y apellidarse.
H. escucha una canción que se llama Moksha pero no lo sabe.
H. parece una mirada remedada de lo que fue Aral [45º0'N 60º0'E]



en kazajo Арал Теңізі, Aral Tengizi
en uzbeko Orol dengizi
en ruso Аральскοе мοре
en tayiko y persa Daryocha-i Khorazm



hace décadas.


H. contiene millones de números y hace incisos…

[La teoría de números es la forma moderna de referirse a la Aritmética de Diofanto. Ya desde el Shulba Sutras indio (s. VIII-VI a. C.) se buscaban soluciones para las ecuaciones que ahora llamamos diofánticas, las cuales tenían hasta 4 y 5 incógnitas.
Dentro de la
teoría de números hay conceptos y palabras más que interesantes. Conceptos atrayentes. Uno de estos es el concepto de congruencia, que viene a ser cuando una serie de números poseen un resto común al ser divididos por un mismo número, diciéndose entonces que todos los números de la serie son “congruentes módulo n”, siendo n el número por el que siempre se divide.


Lo anterior es curioso. Sobre todo cuando se entra en detalles y se empiezan a ver las propiedades de los números: su aritmética de reloj -los números “dan la vuelta” llegado cierto punto-. De este modo, si se pinta la serie esquemáticamente se tiene un peine en torno al cero, todo lleno de barbas simbólicas y abstracción de grado 8-
E.C.H.O.[1]
Además de la congruencia, los números tienen otras propiedades bellas como el teorema chino del resto o la conjetura de los números primos gemelos, que es el despiporre en toda reunión familiar de matemáticos. Pero esos ya son otros temas…]

H. es día que nos conocimos y el tacto del césped sin túneles carpianos.
H. son estampas quiméricas.
H. se piensa en términos de sí o no, es reflexiva, se piensa.
H. huye de lo opaco por miedo a la luz de las explosiones termonucleares.


H. contiene pómulos mirándote desde abajo, en la grandeza.
H. se suicida antes que nosotros.
H. fomenta.
H. crece, espasma
y se considera a sí misma muchas veces huecos intermoleculares, fuerzas de Van der Waals que no sujetan ni sus partes, ni sus dientes siquiera.

H. diserta sobre el color como quien lo hubiese perdido todo.


H. me inquieta y me deslumbra.
H. soy yo cuando la miro.
H. sopesa y, cauta, predice hiperbatones aunque a veces no.
H. es la elipsis no escrita entre los hiperbatones y el aunque.
H. es el señor de lo tropos.
H. es la paragoge que no llegó a ser epítesis porque sufrió de inconsistencia
H. es la ecthlipsis:


Ni menos la voluntad
de tal manera


Jorge Manrique.


H. son ocho millones cuatrocientos cincuenta y dos mil trescientos diecisiete escrito con números eslovenos y su pronunciación mientras el bus se va hacia tu casa.

H. es la cara de Boltzmann en su ahorcamiento.
H. es un viaje a Trieste que nunca hicimos.
H. vendrá de Crimea como la peste bubónica, esplendorosa y Terrible.
H. es un boyardo espurio en el siglo XIII.

H. es anecoica porque mis voces entran en ella y no se desprenden
y se descuelgan y giran
y hurgan en la zona muerta como quien buscase allí el sentido último de la vida
H. es el nuevo mundo de Malick visto con gafas rojas y azules, estereoscópicas.
H. es prosaica y lo contrario de prosaica.

H. huele a carcoma y gorgorito: productos fatales de lo vivo.
H. suena a risa pequeñigrande.
H. es una invención del idealismo realista.

H. son 8.452.317 conjuntos vacíos de letras que se evaporan
y aman.




Y cuando escribo esto,
pienso en Gödel partiendo la cara a Popper en el mayor arrebato de genialidad


de la Historia del mundo."





J. L. Pomona.












[1] E.C.H.O. son las siglas de Escala de Comprensión Humana Objetiva ideada por Estanislao Fromm en el 2012, en el Congreso Refundacional de Viena.

4 comentarios:

Diego G. dijo...

¡Maldito html de blogger!

Vicente Luis Mora dijo...

Bueno, no tiene mal aspecto, tal y como está. Espero que no te hayan cambiado demasiado tu diseño. Un abrazo.

M.Hausmann dijo...

el html es lo de menos, en serio. :*

ahora empiezo a comprender la importancia de una cifra...

Anónimo dijo...

no es para mí
pero a veces hay cosas que me gustaría que lo fueran
así que simplemente las pienso como si de facto lo fueran
y las adopto
aunque no haga falta adoptarlas
porque ya tienen padres y madres
amantísimos

H.