lunes, 5 de mayo de 2008

Yemas


A Marga,



Era la bondad un misterio trágico de todo cuanto acontecía

y hubo verdad, conjetura, en los flirteos de árboles

que se tocan en comunión juntando sus yemas

convirtiendo su eco en remanencias de altura.

Y la verdad se marchó, y las horas pasan tristes,

pero de entre los hálitos de alcohol nacen las grandes sonrisas

ésas certezas de un dios que, de existir, sería bueno;

ésas locuras improrrogables que hicieron de tu cara

el hogar pasajero de todas las alegrías imaginables.
...
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