"Érase una vez una punción lumbar nunca practicada
el origen del mundo de lo intravenoso y tú,
la parca más bella de entre lo cortante:
eras el objeto del oscuro deseo de aprehenderlo todo,
de cogerlo todo,
de saberlo todo.
Verbena de ti, sazón de ti, entre ti y entenderte a ti,
se convirtieron en resonancias efímeras de lo inesperado,
en un pasar de tiempo donde los espacios
eran médulas muertas de perífrasis nuevas que buscaban a dios
buscando un amor en la inesperanza.
Luego, cuando naces y las fotos te surgen en afanes discretos
los tímpanos mueren disolviéndose en golpes que son al martillo
lo que la razón al amor infinito
porque no se sabe, porque no se piensa,
porque no es como nada del mundo de antes
pero tiene la base de todos los sitios en los que estuviste
y de todos las épocas que nunca vivimos."
Extraído de Solus ipse, de Felix Sorokin.
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