"te cojo de un lugar lejano hasta conseguir que la ciudad
se derrumbe en el hecho de que ya te fuiste
aunque no te hayas ido aunque fumes un piti aunque no
quieras verme porque un rato sea poco porque tú quieres más
quizá dos ratos quizá cinco amaneceres seguidos juntos
quizá tres balcones abiertos en la noche fría con el cuerpo
con el cuerpo rozando el metal del balaustre
que alguien pinta quizá, quizás tu padre, de un color agranatado
como diciendo con ello a ti quién te va a querer
te cojo de un tiempo donde ya no existías
para extenderte vasta por la meseta de la ciencia ficción
allí donde los eructos eran volcánicos y las orgasmos explosiones hermosas de soles moribundos
te cojo de una dimensión paralelamente radical desconocida
impensable lóbrega tristalegre occipital rusa elevada tuya
pensando que al hacerlo dejo de pensar que lo hago
para pensar que eres tú, el mes de noviembre del ahora,
en todas las secuelas de la historia no comenzada
te cojo para evitar un error que nunca fue que no ha sido
para salvarte de salvarme si la nave se hunde si mañana zarpamos
para evitar el barco si hemos de elegir viajar a algún sitio
para elegir otras letras en el espacio del ticket donde pone ‘destino’
para evadir los impuestos de pensarme conmigo
para taparme los oídos si la canción no me gusta
para raspar pegatinas que los niños pegaban cuando abrían los phoskitos
la Debacle y los phoskitos."
J. L. Pomona.
Fotografía: http://lamujerbionica.wordpress.com/2008/09/29/la-hedonista-en-el-estanco/
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