"juego en un hombre por la parte de dentro
con sus carreteras de círculos inhabitables
consiguiendo que la vertiente última de todas las cosas
[realzando un lugar donde todas las partes son indisolubles]
se transformen en ti luego de morir luego de haber sido
con sus carreteras de círculos inhabitables
huyes como un diablo llena de vergüenzas
y en tu esquina de perseverar el aire ya se ha ido
y las partículas de humo no están
o yacen congeladas
consiguiendo que la vertiente última de todas las cosas
sea un anhelo inerte insalivado de ojos
me disuado de ir al centro del círculo de tu rodeo
para afirmar que mi religión es la religión entera
por la que mundos que ruedan lo hacen con soltura
realzando un lugar donde todas las partes son indisolubles:
humo del pudor de morirse dormido
o quizá nieve oscura de meseta de lobos
donde las estrellas titilan al ritmo de tus sueños
y no estás en la cama porque yaces debajo
y ojalá se transformen en ti
luego de morir luego de haber sido
porque sé que tu carne arde con suficiencia
necesaria virtud entredicha de tus pasos toscos
para diseñar finales que vistos desde fuera parecen principios"
Extraído de Piedras, de Eva Gomes.
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