"Un cielo sin estrellas
todas las ocasiones de nuestra muerte anunciada
como fabricantes de humo
en el mundo de las llamas.
Mi cabeza es una mano
que acaricia una moqueta verde de un tejido suave
pero,
de pronto,
una astilla se introduce en el anular del sentimiento
se rompe mi empatía por ti
[Acabas de morir…]
Y no sé si has muerto o te he matado
pero ésa duda ya da igual.
La autopsia de tus ojos revela el fin;
te miro y no veo nada
te pienso y ya te fuiste
te siento muerta…
…y me alegro
…y soy feliz.
Y ahora la velocidad aumenta
en el relámpago de lo blanco que me atraviesa.
Y sonrío al fin, al fin,
pero poco."
J. L. Pomona.
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