martes, 4 de noviembre de 2008

Aquilaria agallocha (la madera de la puerta del baño)

"He visto que en el baño hay baldosas de color de cocina triste
de lugar de paso de gasolinera a las tres cincuenta y dos de la madrugada
y he soñado del desvelo que la muerte censuraba
todas las formas posibles de estrellar un coche contra una galaxia;
pero de un modo bello, desaparición del palier y destrucción del émbolo,
con vida salpicando salsa tártara y perejil a modo de aliño.

He visto que en el baño un espejo carcomía la luz
la distorsionaba especularmente, esforzándome he conseguido
lo imposible de verte allí donde no estabas
y aunque tu cara era yo, con el pelo desarmado y roto,
pude construir el barco del día de hoy, mientras salíamos calle abajo,
gorgoriteando hijos en el silencio,
mirando una esvástica ajena mirada por el compás sin punta
donde se clavan tus ojos en el espejo cuando me miro y te veo
otra vez.

He visto que en el baño la puerta era blanca
se cerraba el color en una amalgama de todos los todos
y eras locuaz mientras te desperezabas mientras la puerta cerrada
era blanca mientras yo la pensaba así, blanca, mientras
se erosionaba y desaparecía y se contenía –y no era o no estaba– como un retal
de maderas no demasiado coherentes: aquilaria agallocha.

Mientras el presente te siga queriendo en tu viveza intentaré augurar con caos lo críptico de las dudas."


Felix Sorokin.

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