Este vacío es lo único que siento.
Me pienso y me señalo y sigue ahí,
y ya no hay más porque me estoy devastando,
porque todos los míseros trozos de mi carne se marchan lejos
y los lugares no son ni tristes ni pesarosos ni malos siquiera;
ocurre que no son.
Estoy desapareciendo a la velocidad del rayo,
dejando de verme en la sombra y sin lágrimas ni pena.
En el lugar que me envuelve, hay silencio,
y la oscuridad no tiene término, es el negro certero de la ausencia de todo.
Aquí el tiempo o el espacio no caben, se quedan cortos,
y divergen en muecas y en palpitaciones o taquicardias.
Recuerdo a mi madre una y otra vez,
su amor traumático, su abrazo.
Me pienso y ya no estoy,
no soy.
Ni se oyen pájaros, aunque sean graznidos.
Mi boca es una cueva vacía sin eco,
los ojos cuencas por las que pasó un ángel
y de la humedad que aún queda entre sus piedras,
da igual...
lunes, 5 de mayo de 2008
Nequaquam vacuum
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2 comentarios:
esta claro que tu poesia no rezuma demasiado opimismo que se diga, me gustaria ofrecerte mi apoyo para lo que haga falta, en temas de estar jodido tengo esperiencia y quien sabe, a veces la persona mas insopechada, y la que menos imaginamos, tiene la frase justa o el animo apropiado que nos permite ver las cosas desde otra perspectiva, saludos.
Viva la ortografía. Y la esperiencia.
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