viernes, 3 de abril de 2009

Lo que cabe en 53 segundos


Cuando veo el principio de Sans Soleil, la película de Chris Marker, me sucede algo extraño. No puedo identificar el sentimiento. Si acudo a lo esperpéntico puedo ponerle el nombre de un río o de un árbol. Digamos que me siento Yangtsé o que estoy abedul porque mi cara es entonces del blanco brillante con que las gotitas de mi frente me asemejan a eso.

La primera imagen de la que habló fue la de tres niños en una carretera de Islandia, en 1965.

Una voz de mujer comienza una historia que parece haberle sucedido a ella. Da cuenta de un hombre que es el verdadero contador de la historia. La mujer habla en francés y la pantalla es negra. No se ve nada. Como no sé francés, o no sé lo suficiente, veo en la pantalla negra unos subtítulos en mi idioma. Eso sí lo entiendo, pero no llego a comprender su trascendencia.

Ahora aparece una imagen en movimiento de tres niños tremendamente rubios. Su pelo es tan rubio que casi deja de serlo para ser blanco. Van de la mano. Van vestidos con ropas de pueblo: pana, cuadros, lana…


Dijo que para él ésa era la imagen de la felicidad y también,

que había tratado varias veces de unirla a otras imágenes, pero nunca funcionaba.

Ya son otras las imágenes cuando la pantalla negra que sucedía a la escena de los niños desaparece. Ahora surge, sin nadie esperarlo, un avión militar en un portaaviones. El avión está siendo bajado en un elevador especial para ello. Está siendo guardado en la bodega. Hay hombres con balizas señalizadoras y cascos protectores de oídos. Me quedo repitiendo: pero nunca funcionaba…


Él me escribió: un día, tendré que ponerla sola, al comienzo de una película

entre dos imágenes completamente negras;

Me fijo en que hay un punto y coma al final. El encargado de los subtítulos ha hecho un trabajo cuidadoso. La voz de la mujer francesa, sin apenas cambiar el tono, ha cargado de dramatismo la historia. Está comenzando a llover. La pantalla vuelve a ser negra…


así, si no ven la felicidad de la imagen,

al menos verán la parte más negra.

Luego dice Anatole Dauman proposes. Y luego el título en varios idiomas. En varios colores también. Primero en ruso, luego Sunless y luego Sans Soleil.

Tengo ante mí el guión completo de la película de Chris Marker. Lo he conseguido en inglés. Sans Soleil script. Le doy a Ctrl + F y busco “happiness”. Descubro que las únicas veces en que aparece son las que ya he citado. Ambas dos están en el prólogo. 53 segundos en Youtube. Lo más parecido a happiness que he podido encontrar en esta radiografía del mundo es la palabra “unhappiness”. Este término, a diferencia del otro, aparece en más ocasiones.



Lo que cabe en 53 segundos (sobre el prólogo de Sans Soleil)